miércoles, 8 de agosto de 2012

CURSOS DE COMUNICACIÓN GESTUAL

Hoy día sabemos que los bebés se comunican incluso desde antes de nacer. Toda la vida lo han hecho. Pero no es hasta el siglo 20 que la ciencia se ha preocupado por conocer el desarrollo de los niños de los 0 a los 3 años.

La comunicación de los bebés
Gracias a estudios e investigaciones recientes sabemos que hasta que terminan de desarrollar el aparato fonador, sobre los 3 años, los bebés se comunican utilizando los recursos que la naturaleza les ha dado, es decir, el lenguaje corporal, la expresión facial y los sonidos.

Mensajes desde el útero
Incluso desde el vientre materno los bebés responden a los estímulos moviendo sus delicadas extremidades. A partir de la semana 20 de gestación el oído interno está totalmente desarrollado y el bebé puede percibir con nitidez con sonidos de su madre, su voz, su corazón, los ruidos intestinales, la circulación del cordón umbilical.
A partir del sexto mes del embarazo, el feto es sensible los sonidos externos y lo manifiesta de la forma que puede en este momento, con movimientos físicos. Un bebé puede responder a la voz de su padre contándole un cuento con unas pataditas, o reaccionar ante una música fuerte.
Es la primera comunicación que establece el bebé con su exterior.

Los llantos, los sonidos y la expresión facial
Cuando nace, el bebé necesita comunicarse con sus cuidadores para asegurar su supervivencia. La naturaleza le ha dotado con la capacidad de emitir sonidos y llantos. Distintos tipos de llantos le ayudarán a transmitir distintas necesidades, como hambre, sueño, incomodidad, dolor ...
A partir del cuarto mes y hasta los 14 meses los bebés desarrollan el balbuceo que poco a poco irá evolucionando en un lenguaje oral.
Como padres tendremos más o menos capacidad para interpretar los llantos, los sonidos y los gestos de nuestro bebé. Las mamás tienen cierta ventaja en este sentido, pero otros cuidadores pueden tener más dificultades para comprender qué le sucede al bebé en cada momento.

Signos para bebés
¡Pero hay una buena noticia! A finales del siglo veinte un investigador de la universidad de Alaska hizo un descubrimiento que cambiaría la vida de padres, madres y bebés para siempre.
El Dr. García, especialista en Desarrollo Infantil, observó que los bebés de padres sordomudos podían comunicarse más fácilmente que los bebés de padres oyentes.
De hecho, alrededor de los nueve meses, estos bebés ya eran usuarios avanzados de la lengua de señas mientras que otros bebés de padres oyentes no podían expresarse a esta edad.
También reparó, que los bebés de padres sordomudos aparentaban ser menos exigentes ya que podían expresarse mejor.
Ahí surgió la iniciativa del Dr. García de estudiar cómo podría beneficiar la Lengua de Signos a padres oyentes. Su investigación con 17 familias reveló que los bebés oyentes podían aprender a signar muy fácilmente ya que los bebés desarrollan pronto el manejo de sus manos (a partir de los 6-8 meses).
El Dr. García publicó su investigación en 1987 y posteriormente escribió el libro “La Guía Completa del Baby Signing”.
Desde entonces la comunicación gestual con bebés ha llegado a convertirse en una parte más de la crianza de bebés en todo el mundo. Plenamente expandido en Estados Unidos, la técnica está llegando a otros países y por fin ha llegado a España de la mano de Cincodeditos.

Los beneficios de los signos
Varios estudios posteriores han demostrado que no sólo es una forma eficaz para que los bebés se comuniquen con sus cuidadores si no que además su uso aporta un sin fin de beneficios al desarrollo del bebé.
Las profesoras americanas, Acredolo y Goodwin, llevaron a cabo estudios que sugieren que los bebés que signan comienzan a hablar antes que aquellos bebés que no utilizan el Baby Signs, llegando a tener mayor vocabulario y un mayor coeficiente intelectual a la edad de 3 años.
Lo más importante es que signar con tu bebé reduce enormemente la frustración consecuencia de la no comprensión. Enseñar a tu bebé a signar lo que quiere o necesita en cada momento es empoderar a tu bebé con una comunicación eficaz, lo cual no sólo redunda en el vínculo padre-hijo, si no que aporta una inmensa satisfacción.

Porqué signar
Muchas personas dirán que toda la vida se han criado a los niños sin necesidad de signar. Esto es incierto. Los bebés han signado toda la vida. Por ejemplo, levantan los brazos para pedir “aupa”, abren y cierran la boca sonoramente para indicar que tienen hambre, dicen “adios” con la mano, señalan con la mano lo que quieren alcanzar. Son gestos sútiles que hemos aprendido a comprender de manera intuitiva. ¿No sería maravilloso poder comprender TODOS los gestos que tu bebé hace; comprender todo aquello que quiere comunicar?
Un bebé que signa puede decirte que quiere una galleta en vez de un yogur, que quiere más o que ya ha terminado de comer, que quiere ver al perro, que necesita ir al baño, que quiere jugar a la pelota o ir al parque, o pedirte que le cuentes más sobre ese gato que acaba de ver.
Un bebé que signa es más feliz, tiene mayor autoestima porque sabe que puede pedir las cosas y sus cuidadores le van a entender y van a resolver su petición.
Una madre o padre, cuyo bebé le signa, es más feliz porque comprende a su bebé, sabe lo que quiere o necesita en cada momento y puede satisfacer sus demandas.
Como padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos. Poder ser comprendidos y poder comprender es la clave para una comunicación eficaz y es una oportunidad única para desarrollar un vínculo muy especial.

Una misión
Los bebés que se pueden comunicar y que son comprendidos son bebés más felices. Una infancia feliz es clave para que nos podamos convertir en adultos equilibrados y sanos. Los niños de hoy son los adultos del mañana y serán los futuros gobernantes del mundo. Si queremos un mundo mejor debemos empezar por cuidar la infancia.
Desde Cincodeditos esperamos poder aportar nuestro pequeño grano de arena para un futuro mejor.
Pero volviendo al presente, ¿de verdad no quieres signar con tu bebé? ¿de verdad quieres perderte años de comunicación? ¿de verdad quieres pasar por alto esta maravillosa oportunidad de mejorar la vida de tu bebé y la tuya?

¡AHORA TAMBIÉN CURSOS DE COMUNICACIÓN GESTUAL BILINGÜES INGLÉS/ESPAÑOL!


Fuente: www.cincodeditos.com



El lenguaje corporal de los niños y bebés


¿Cómo saber qué intenta decir?

Desde que nace, tu bebé comienza a relacionarse con el medio que le rodea. Para entender las señales que nos envía, solo hay que estar muy atento.
 
 El niño desde muy pequeño tiene un amplio repertorio de comportamientos para conseguir lo que quiere. Según cómo los interpretemos, se expresará de una forma u otra. Por eso, si tu bebé trata de decirte algo con su cuerpo, tienes que intentar leer sus movimientos para empezar a establecer un diálogo corporal y gestual que, poco a poco, se irá convirtiendo en una especie de comunicación no verbal entre los dos. 

Con el tiempo, esta comunicación se profundizará y se hará más compleja, formándose las matrices emocionales y relacionales y también las matrices de aprendizajes futuros. 

El sostén afectivo y la libertad en los movimientos permitirán que tu bebé se exprese. 
Deja que elija, tome, busque, experimente, decida, compruebe, colabore y participe espontáneamente en cada momento que vive contigo y con el entorno que le rodea.



Cómo interpretar el lenguaje corporal de los niños
El ser humano dice más cosas a través del lenguaje corporal que a través de la palabra. De hecho, cuando el lenguaje no verbal contradice la comunicación oral, en ese caso, tiene más peso el significado del cuerpo. Las emociones y los pensamientos también tienen su reflejo a nivel físico, por ello, es bueno tener estrategias de comunicación para que los padres puedan comprender a sus hijos y entender su mundo emocional. Aquí tienes algunos consejos para interpretar el lenguaje corporal de los niños.

En primer lugar, como se dice coloquialmente, la cara es el espejo del alma. Por ello, una sonrisa es síntoma de alegría y el gesto serio muestra preocupación. Pero no es suficiente con saber esto, sino que conviene analizar en qué contexto muestra el niño tristeza. Es decir, el hecho de que sea feliz en casa no significa que también lo sea en el colegio. Para ello, observa su rostro a primera hora de la mañana cuando llega el momento de ir a clase o el domingo por la tarde cuando queda poco para empezar la semana.

Analiza también qué actitud tiene el niño cuando le animas a hacer planes con sus amigos. Si muestra iniciativa rápidamente a la hora de llamarles por teléfono y muestra un gesto muscular relajado, entonces, significa que tiene un buen nivel de integración en sus relaciones sociales. En cambio, si siempre pone excusas y aunque tú le hables, centra su atención en algo diferente y permanece ocupado, entonces, hay algo que le distancia de sus amigos. 

Los niños que son felices miran al frente y también, miran a los ojos de los demás. En cambio, un niño triste camina mirando hacia el suelo, intentando pasar desapercibido y no ser el centro de atención de los demás. Por el contrario, la risa define a un niño feliz que tiene ganas de compartir. 





domingo, 5 de agosto de 2012

La importancia de los padres



El recién nacido humano es la cría más indefensa e inmadura de todas las especies animales.

Al principio, los bebés son incapaces de vivir de forma autónoma y dependen por completo del calor, el alimento, la protección y el amor de los padres.

Los primeros años son primordiales. Durante los tres primeros años, los bebés pasan de una media de 51cm a aproximadamente 93, y ganan unos 11,5kg desde los 3,5 que pesaban al nacer.

A medida que crecen, toda su persona se vuelve cada vez más compleja, puesto que el crecimiento físico está estrechamente relacionado con su desarrollo intelectual, social y emocional.

Los padres son la primera barrera de protección de los bebés frente al mundo. Y son también el primer compañero de juego, el primer maestro, el primer amor. Los bebés aprenden por imitación. A los pocos días ya sacan la lengua si ven que uno de sus padres lo hace primero; ellos son su inspiración y su modelo. No es ninguna exageración afirmar que la relación del niño con los padres determina el modelo de relación que va a tener en adelante.

Los bebés aprenden a través del juego, y cada vez son más hábiles al manipular todo lo que les rodea. Los padres pueden fomentar la exploración en entornos libres de peligro, ayudar a su hijo a entender cómo funcionan las cosas y, gradualmente, hacer que el mundo de su alrededor tenga cada vez más sentido. Con ayuda, los niños también aprenden a expresarse y a entender a los demás.

Haga lo que haga el bebé, la reacción positiva de los padres es fundamental. Los niños se desarrollan mucho mejor en ambientes que les hacen sentir más seguros y queridos. Con los años habrá momentos difíciles, pero el amor de los padres debe hacer que éstos intenten ser pacientes y no excesivamente críticos. Siempre hay que elogiar a los hijos cuando se tenga la oportunidad; eso hará que se sientan seguros de sí mismos. Cuando hacen las cosas mal hay que decírselo, pero también es importante que sepan que está bien aprender de los propios errores.


Fuente: Los progresos de tu bebé (como estimular el desarrollo de tu hijo)
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