En compañía de mamá o papá, el
bebé aprende a flotar en el agua
mediante una serie de juegos de afecto en el agua, en los que el
contacto físico, las caricias y el intercambio de miradas y sonrisas le
estimulan en todos los aspectos. La matronatación es una experiencia
única, una oportunidad para estrechar los vínculos de amor, conocimiento
y confianza entre los padres y el niño. La
matronatación
pone en juego la estimulación física, intelectual y emocional tan
necesaria en la primera infancia por su gran importancia en el futuro
del bebé.
Beneficios de la matronación para la mamá y el bebé
Las experiencias de los niños en sus primeros meses de
vida, según recomiendan los psicólogos, no deben limitarse a la cuna y
al cochecito, sino enriquecerse con todo tipo de actividades: jugar con
él en una de esas mantitas especiales llenas de colores y juguetitos
perfectos para su desarrollo, pasearle, acunarle, mecerle, contarle
cuentos, hablarle, besarle… ¡y jugar con él en el agua! Todo sirve de
estímulo: lo que se busca es estrechar ese
vínculo afectivo
entre madre e hijo que se crea al nacer y que sirve de base para sus
futuras relaciones, para la confianza en sí mismo y para un sano
desarrollo emocional.
La matronatación persigue la estimulación del niño en el
agua mientras aprende a flotar y a moverse en el medio acuático junto a
sus padres través de una serie de juegos; se trata de una experiencia
que despertará muchas de sus capacidades y estimulará su desarrollo
emocional, intelectual, social y
psicomotriz.
Lo más destacable, sin embargo, de la matronatación es que refuerza el
vínculo de amor, conocimiento y confianza entre los padres y su bebé.
El niño y mamá o papá pasan entre 15 y 45 minutos en la
piscina. Mientras juegan y chapotean, el bebé aprende a desenvolverse en
un medio nuevo para él junto a otros niños con sus padres. La
matronatación no va a enseñarle a nadar —
hasta los cuatro años los niños no pueden adquirir la autonomía suficiente ni los movimientos necesarios para la natación—, pero refuerza la
relación afectiva,
ya que la coordinación motriz que consiga será gracias a la presencia
de sus padres, cuyo contacto físico le aporta seguridad y confianza.
Todos juntos se divierten con tablas, aros, pelotas y
flotadores,
y el pequeño va logrando equilibrio, aprendiendo a flotar y
fortaleciendo su tono muscular, su aparato circulatorio y su sistema
óseo.
Cuándo y dónde practicar matronatación con el bebé
Respecto a cuándo conviene comenzar a practicar la
matronatación hay diversidad de opiniones. Existen centros donde se dan
clases a niños
a partir de los cuatro meses,
edad en la que ya ha madurado su sistema inmunológico, y otros, a
partir de los ocho meses. No obstante, lo más recomendable es consultar
con el pediatra antes de iniciar cualquier sesión de matronatación. La
Asociación Española de Pediatría hace hincapié en escoger instalaciones
preparadas especialmente para la matronatación, lo que exige el
cumplimiento de estrictas normas de higiene y sanidad tanto en la propia
piscina como en los vestuarios y accesos al agua, que deben estar
climatizados.
El pañal desechable ideal para el bebé en la piscina
Entre la equipación necesaria para las sesiones
de matronatación, los bañadores desechables para los bebés, obligatorios
en todas las piscinas por razones de sanidad e higiene, cumplen un
papel clave. La elección ha de ser muy cuidadosa: el bañador desechable
debe proteger como un pañal sin abultarse como tal, para lo cual ha de
estar hecho de un material que no se hinche en el agua como los pañales
desechables comunes, que no son adecuados para nadar porque se empapan y
se vuelven pesados y, lo peor, pueden abrirse en la piscina.
Los bañadores desechables más
recomendables son aquellos cuya talla se corresponde con la del pañal
habitual del niño y están diseñados a propósito para ser utilizados en
el agua: llevan laterales elásticos para un ajuste cómodo y envolvente,
de modo que no se muevan ni le aprieten y, sobre todo, cumplan
perfectamente su función clave: evitar escapes. Los más evolucionados
cuentan con velcros laterales que permiten usarlos varias veces. Además,
cuanto más se parezcan a un bañador de verdad, mejor; si tienen
llamativos dibujos y colores (como los de sus personajes favoritos) le
encantarán al niño y eso hará que comience su sesión con la mejor de las
sonrisas.
Dentro de la bolsa para la piscina, aparte de los
bañadores desechables, se deben incluir los juguetes sumergibles que el
bebé usa en el baño de casa, de modo que entre en la piscina con
confianza y la relacione con un buen rato de juego; una toalla para
secarle bien y una loción hidratante para mantener la
suavidad de su piel;
pañales desechables para cambiarle al terminar la clase; agua y algún
alimento para reponer fuerzas después del ejercicio físico.
Las sensaciones nuevas de la matronación
Después de cada
sesión de matronatación,
los padres se sienten felices: el contacto con su bebé, sus
expresiones, sus risas y sus progresos día a día son asombrosos. Pero,
además, esta sesión de ejercicio físico relaja al niño, que mejora su
humor y se muestra más contento, duerme mejor y le abre el apetito.
La matronatación es para los bebés tan completa como la
natación para los adultos: favorece su desarrollo psicomotor, ya que en
el agua puede
moverse con más libertad,
lo que mejora su rendimiento muscular, y comienza a tener nociones del
espacio y las distancias. El trabajo respiratorio que lleva a cabo en el
agua fortalece sus pulmones y su corazón. Además, al compartir la
piscina con otros niños comienza a socializar y a adquirir poco a poco
confianza en el trato con los demás.
Es mucho más que flotar: es sentirse querido y protegido
cerca de mamá o papá, mientras experimenta mil y una sensaciones nuevas
en el agua. Eso es la matronatación.