jueves, 13 de septiembre de 2012

La sonrisa y la risa en los bebés



Acaban de publicarme mi artículo número 21 en GuiaInfantil.com

Sonreír es innato y único para niños y bebés

Una vez la madre y el bebé han creado un lazo emocional, entra en juego una nueva forma de comunicación, la sonrisa y la risa en los bebés. El llanto del bebé llama la atención de los padres, y ahora el bebé tiene que encontrar una forma de mantenerlos cerca. La evolución le ha proporcionado un arma especial, única en nuestra especie: la sonrisa. El bebé la utiliza a modo de recompensa para sus padres. La sonrisa y la risa en los bebés es un acto voluntario que muestra la afectividad desde los primeros meses de vida.

Tipos de sonrisas en los bebés

El ser humano es el único primate que sonríe a sus padres. Las madres responden de forma innata a esta expresión facial. Es inevitable la satisfacción cuando ven a su bebé sonreír. En un año, el bebé será capaz de hablar con su madre y utilizar un sistema nuevo de comunicación, aún así sigue sonriendo. La sonrisa es una característica humana que dura toda la vida.
Sonreír es innato, el bebé muestra tres tipos de sonrisa:
1. La sonrisa refleja. Aparece alrededor del tercer día y continua durante el primer mes, es una sonrisa fugaz.
2. La sonrisa general. Suele mostrarse las cuatro semanas, el rostro se ilumina y los ojos brillan, esta sonrisa la puede provocar cualquier adulto en general.
3. La sonrisa específica. Sucede alrededor de los seis meses y es una sonrisa selectiva; ya no sonríe a extraños, ha aprendido a distinguir los rostros familiares y reserva la sonrisa exclusivamente para ellos.

La risa del bebé

La risa libera endorfinas al flujo sanguíneo y actúa como analgésico natural. Además, algunas pruebas han demostrado que la risa disminuye la presión sanguínea, favorece el sistema inmunológico y reduce el número de hormonas del estrés.
Los bebés ríen desde recién nacidos no como risa de satisfacción, sino como mueca que se considera un acto involuntario.
La risa voluntaria que surge en los bebés cuando sus padres juegan mucho con él, empieza a verse entre el cuarto y quinto mes. Cuando hacen algo que al bebé le gusta éste sonríe. Repiten la acción y el bebé sonríe otra vez. Si lo repiten más veces esta sonrisa se convierte en un sonido alegre y balbuceante. Es un sonido gutural, pero, está claro que es risa y no solo sólo una reacción refleja a un estímulo.

Acciones de provocan la risa en el bebé

La primera acción que suele provocar la primera risa del bebé es el sonido de la “pedorreta” sobre el cuerpo del bebé. Más adelante, también puede provocar la risa en el bebé la emisión de sonidos acompañados de gestos…
El bebé también responde con una risa cuando el padre o la madre se esconden detrás de las manos y las retira rápidamente (el juego del cucu tras), o cuando le balancea de lado a lado.
La característica común de todas estas acciones es el elemento sorpresa. Es como los chistes en los niños y en los adultos, casi todos los chistes son sorprendentes, pero el que lo cuente un comediante o alguien no hostil hace que la gente no se enfade ni se asuste.
La suave risa de un bebé se desarrolla hasta llegar a ser una risa casi escandalosa. Estas risas son una serie de exhalaciones repetidas y rítmicas que se representarían como “ja-ja-ja”. 
El alivio de saber que este tipo de sorpresa no le produce dolor alguno hace que el bebé quiera repetir la acción. Pronto aprenderá a hacer reír  él a los demás manipulando sus acciones, vocalizaciones o su lenguaje corporal. Esto refuerza el sentido de la diversión y desarrolla sus habilidades sociales. A partir de ahora, el bebé quiere formar parte de todo tipo de juegos. 
  
María Algueró
Experta en Atención Temprana
Maestra de Educación Infantil (especialista 0-3)
Educadora de Masaje Infantil, miembro de AEMI
 
Psicomotricista.
 Instructora de porteo

lunes, 10 de septiembre de 2012

El calzado infantil adecuado según la edad del niño


Calzar a un bebé puede ser perjudicial para el desarrollo de sus pies

Elegir un calzado infantil adecuado según la edad del niño es muy importante para permitir un correcto desarrollo de los pies, que influirá de manera determinante en la evolución correcta de la marcha. Saber qué zapatos son los idóneos en función de la etapa evolutiva del niño es importante porque los pies de los niños necesitan varios años para adquirir la forma y la posición que tendrán cuando sean mayores. En general, es importante saber que no se debe poner zapatos a los bebés hasta que empiecen a gatear y que hasta los cuatro o cinco años, los ligamentos y músculos de los pies de los niños no están bien desarrollados. 

Un tipo de zapato para cada edad del niño

Los zapatos que calce el niño van a moldear sus pies hasta su completo desarrollo. Por tanto, en la elección del calzado infantil los padres no deberían dejarse influir por cuestiones estéticas, sino por recomendaciones médicas que incidan positivamente en el desarrollo de los pies, un órgano en constante evolución en el niño, en relación a su edad y al desarrollo de la marcha. Según afirma Javier Ferrer, podólogo de Hospitales Nisa “calzar a un bebé, aunque resulte bonito es completamente perjudicial, ya que la estructura ósea de un niño tarda en consolidarse completamente. Así que si los cubrimos, cuando aún no se han desarrollado, estamos perjudicando su óptimo desarrollo”.
- De 0 hasta que comienza a gatear. Los calcetines o patucos son suficientes para proteger los pies del bebé del frío. El calzado no está recomendado durante esta etapa.
- Fase de gateo. Para proteger los pies del bebé de los golpes durante su fase de gateo, necesita unos zapatos flexibles de tejidos nobles, con protección tanto en la puntera como en el talón y suela blanda de 2-3 mm. Es conveniente vigilar los pies del bebé por si aparecen roces.
- De 1-3 años. Cuando el bebé empieza a andar, debe utilizar un calzado con suelas flexibles que le permitan sentir bajo sus pies cualquier terreno. Además, si tienen velcros, el propio niño puede atarse y desatarse solo, favoreciendo su desarrollo psicomotriz.
- De 4-7 años. El zapato debe evitar lesiones, ya que en esta etapa el pie tiene mucha actividad, e impedir que sufra ninguna patología.
-  De 7-14 años. El niño comienza a establecer el patrón de marcha adulta, y el pie no está totalmente desarrollado. En  esta etapa, los niños tienden a dejarse llevar por la moda, pero no siempre eligen el calzado más adecuado.

Consejos para calzar a los bebés y a los niños

- En los primeros meses, ponerle calcetines o patucos para proteger del frío.
- Nunca calzar al niño antes de que empiece a andar.
- Debe tener mayor longitud que el pie: de 1 a 1,5 cm más grande que el dedo más largo.
- Los zapatos deben cambiarse con frecuencia por otros más apropiados para el tamaño del pie.
- La punta del zapato debe ser ancha y larga, para que puedan mover los dedos libremente.
- Andar descalzo por terreno irregular favorece el desarrollo del niño.
- No usar zapatos con soportes plantares estándar. Si son necesarias plantillas, deben realizarse a medida.
- El calzado debe ser de materiales transpirables y pieles flexibles.
- No debe molestar al uso, aunque sea nuevo.
- No usar calzado abotinado, porque no permite la movilidad del tobillo.
- La suela debe ser suficientemente flexible para permitir la movilidad de las articulaciones.
- Si la suela se desgasta anormalmente en poco tiempo, se debe acudir al podólogo para un estudio biomecánico y poder descartar posibles trastornos en la marcha.

Fuente consultada:
Hospital Nisa Pardo de Aravaca, en Madrid

Fuente del ar´ticulo: GuiaInfantil.com
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