miércoles, 8 de agosto de 2012

El lenguaje corporal de los niños y bebés


¿Cómo saber qué intenta decir?

Desde que nace, tu bebé comienza a relacionarse con el medio que le rodea. Para entender las señales que nos envía, solo hay que estar muy atento.
 
 El niño desde muy pequeño tiene un amplio repertorio de comportamientos para conseguir lo que quiere. Según cómo los interpretemos, se expresará de una forma u otra. Por eso, si tu bebé trata de decirte algo con su cuerpo, tienes que intentar leer sus movimientos para empezar a establecer un diálogo corporal y gestual que, poco a poco, se irá convirtiendo en una especie de comunicación no verbal entre los dos. 

Con el tiempo, esta comunicación se profundizará y se hará más compleja, formándose las matrices emocionales y relacionales y también las matrices de aprendizajes futuros. 

El sostén afectivo y la libertad en los movimientos permitirán que tu bebé se exprese. 
Deja que elija, tome, busque, experimente, decida, compruebe, colabore y participe espontáneamente en cada momento que vive contigo y con el entorno que le rodea.



Cómo interpretar el lenguaje corporal de los niños
El ser humano dice más cosas a través del lenguaje corporal que a través de la palabra. De hecho, cuando el lenguaje no verbal contradice la comunicación oral, en ese caso, tiene más peso el significado del cuerpo. Las emociones y los pensamientos también tienen su reflejo a nivel físico, por ello, es bueno tener estrategias de comunicación para que los padres puedan comprender a sus hijos y entender su mundo emocional. Aquí tienes algunos consejos para interpretar el lenguaje corporal de los niños.

En primer lugar, como se dice coloquialmente, la cara es el espejo del alma. Por ello, una sonrisa es síntoma de alegría y el gesto serio muestra preocupación. Pero no es suficiente con saber esto, sino que conviene analizar en qué contexto muestra el niño tristeza. Es decir, el hecho de que sea feliz en casa no significa que también lo sea en el colegio. Para ello, observa su rostro a primera hora de la mañana cuando llega el momento de ir a clase o el domingo por la tarde cuando queda poco para empezar la semana.

Analiza también qué actitud tiene el niño cuando le animas a hacer planes con sus amigos. Si muestra iniciativa rápidamente a la hora de llamarles por teléfono y muestra un gesto muscular relajado, entonces, significa que tiene un buen nivel de integración en sus relaciones sociales. En cambio, si siempre pone excusas y aunque tú le hables, centra su atención en algo diferente y permanece ocupado, entonces, hay algo que le distancia de sus amigos. 

Los niños que son felices miran al frente y también, miran a los ojos de los demás. En cambio, un niño triste camina mirando hacia el suelo, intentando pasar desapercibido y no ser el centro de atención de los demás. Por el contrario, la risa define a un niño feliz que tiene ganas de compartir. 





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