miércoles, 29 de febrero de 2012

Cómo acertar con el abrigo del bebé, ¿insuficiente o demasiado?


Vestir de manera adecuada a los bebés para que no sientan frío ni pasen mucho calor es una de las grandes dudas de los padres

Es casi imposible precisar cuánta ropa debe llevar un bebé, porque la temperatura y la humedad que le rodean son variables y cambiantes. Dicho esto, que suena poco alentador, conviene matizar que sí existen algunas pautas y consejos prácticos para acertar con la cantidad de abrigo ideal.

  • Los recién nacidos no regulan bien la temperatura, de modo que hay que abrigarlos bien, pero sin exagerar, ya que el exceso de calor puede provocarles fiebre. 
  • Conviene tener muy presente que la tendencia natural es a abrigarles demasiado, de modo que en la práctica cotidiana es más frecuente que tengan un exceso de calor que de frío. 
  • La norma más sencilla y útil es abrigarles tanto como desearía cualquiera que se hallase en su lugar, sin olvidar que ellos están quietos y eso supone producir menos calor y necesitar un poco más de abrigo. En concreto, una prenda más. 
  • La temperatura ambiente es tan importante como la ropa. Durante el día, debe estar entre los 22 y los 24 grados, mientras que por la noche no conviene que supere los 22 grados.
  •  Tampoco son convenientes los cambios bruscos de temperatura, las corrientes de aire y los ambientes demasiado calurosos o 'cargados', ya que les causa irritabilidad.
  • Una manera de saber si el niño se encuentra bien es colocar nuestra mano entre su cuerpo y la ropa, para medir el calor. Eso sí: es preciso recordar que los bebés no transpiran.
  •  Las piernas y los brazos (más que las manos y los pies) son buenas referencias de frío y calor. También la pérdida de color en las mejillas puede indicar que necesita algo más de abrigo.
  • Si la idea es salir de casa -donde no se puede controlar la temperatura ambiente-, una solución muy práctica es usar varias prendas, es decir, varias capas, en lugar de una sola prenda muy abrigada. De este modo, habrá más margen para quitar o poner abrigo según cambien las condiciones exteriores, y sin tener que desnudarlo al completo.
Fuente: http://www.consumer.es/

martes, 28 de febrero de 2012

Habitos y rutinas en la escuela infantil: La actitud de los padres frente al periodo de adaptación del niño



Acaban de publicarme otro artículo en GuiaInfantil.com

En la escuela infantil es esencial el mantenimiento de la rutina, ya que es la base fundamental para la adquisición de la autonomía y el aprendizaje de valores en el aula. Aprender hábitos y rutinas es para los niños una forma de ordenar, programar y adquirir hábitos de autonomía, responsabilidad, bienestar y establecer una relación adecuada con los otros niños dentro de la escuela infantil.

La rutina ayuda a los niños a comprender y aceptar las normas sociales, a respetar a los demás, a cuidar el material, a apreciar el valor de las cosas... Muchos de los principios que enseñamos a los niños se aprenden más fácilmente haciendo todos los días las mismas cosas.

Principales hábitos y rutinas de la escuela infantil

Hábitos y rutinas en la escuela infantil1. La entrada: este momento es clave para el desarrollo del día. Se recibe con afecto y alegría al niño. Deberemos transmitirle confianza, comunicar aspectos de interés o escuchar lo que se nos dice será fundamental para el resto del día

2. Momento de higiene personal: los cambios de pañal, el aseo, etc se convierte en un momento de intercambio físico.

3. El juego: tanto en el aula como en los patios de juegos o psicomotricidad es el momento propicio para el desarrollo del juego libre,momento de tomar decisiones, intercambio de juguetes con los compañeros, iniciación a la comunicación, resolución de conflictos,… un momento para el esparcimiento y la diversión, bien individual o colectiva.

4. La comida: momento de respetar las pautas del comedor: permanecer sentado, mantener puesto el babero, esperar la comida, poco a poco adquirir mayor autonomía y comer solo, pasar de la comida ligera a incorporar primeros sólidos. Una dieta sana y equilibrada y unos hábitos de higiene son los fundamentos de este momento del día.

5. El sueño: la siesta y descanso tras haber comido y haberse aseado, un descanso del juego, de la actividad y un reconfortante sueño para “recargar pilas”. Acompañar de palabras afectuosas, de su chupete, de un entorno cálido, con música relajante, instrumental serán claves en este momento del día.

6. El aseo: tras el sueño, debe haber nuevamente aseo (peinarse, ponerse colonia,…).

7. La merienda: los niños y niñas que salen a la tarde, meriendan, se asean y realizan diferentes actividades hasta que llegan los padres, tales como: psicomotricidad, juego libre, pintura, etc

8. La salida: En este momento se comenta a padres y madres cómo ha ido el día, se entrega la agenda rellena y se recibe información.

La actitud de los padres en el periodo de adaptación

- La actitud de los padres frente al periodo de adaptación del niño, es la misma que el niño muestra hacia la escuela. Por tanto, es importante mostrar confianza, seguridad y tranquilidad.
- Es importante tener muy claro que los primeros educadores son LA FAMILIA, a partir de ahí en la escuela se refuerzan y se ofrecen aprendizajes nuevos en situaciones que no se dan en la familia.
- Para que un hábito se adquiera con éxito es importante tener presente que debe darse en un mismo momento.
- Además de enseñarle, hay que elogiar al pequeño por sus actividades y sus logros. Premiar cualquier avance y reconocer sus logros es la manera más efectiva de que repita de forma habitual lo aprendido y vaya mejorando a medida que sus capacidades se desarrollan.


María Algueró
Experta en Atención Temprana
Maestra de educación Infantil (especialista 0-3)
Educadora de Masaje Infantil. Psicomotricista
Instructora Independiente Cincodeditos 
Instructora de porteo

Mi bebé se comunica con señas

Me han publicado un nuevo artículo en "Cosas de la Infancia"

Los Signos para Bebés son una herramienta que pueden aprender a utilizar los padres (cuidadores, educadores?) con sus bebés para facilitar la comunicación a partir de los 6 meses.  A esta edad los bebés empiezan a dominar el uso de sus manos, usándolas para comunicar sus deseos, necesidades o simplemente para conversar. Por ejemplo nos piden aupa levantando las manos para que les cojamos en brazos.  

¿Cómo surgen los Signos para Bebés?
El Lenguaje de Signos para bebés surgió en EEUU en los ochenta gracias al trabajo del Dr. Joseph García y dos profesoras, Linda Acredolo y Susan Goodwyn.   El Dr. García, especialista en Desarrollo Infantil, observó que los bebés de padres sordos podían comunicarse más fácilmente que los bebés de padres oyentes. De hecho, alrededor de los nueve meses, estos bebés ya eran usuarios avanzados de la lengua de señas mientras que otros bebés de padres oyentes no podían expresarse a esta edad. También reparó, que los bebés de padres sordos aparentaban ser menos exigentes ya que podían expresarse mejor. Ahí surgió la iniciativa del Dr. García de estudiar cómo podría beneficiar la Lengua de Signos a padres oyentes.  La misión del Dr. García es "modelar" signos para los bebés para que éstos sepan salvaguardar los problemas de comunicación por sí mismos. El Dr. García ha desarrollado un método basado en la realización de signos intuitivos.    
 
¿Si mi bebé aprende los Signos para Bebés dejará de aprender a hablar?
¡Para nada! Un estudio realizado por Acredolo y Goodwin en la Universidad de California y becado por el Instituto Nacional de la Salud de-muestra justamente lo contrario.  Los Signos para Bebés facilitan la adquisición del lenguaje oral. Al comparar a niños que habían utilizado signos con niños que no, se encontró que los niños que usaban signos obtenían mejor calificación en los exámenes de comprensión y expresión lingüística.    
 
Ventajas de los signos de bebés
Cuando tu bebé llora tratas de averiguar por qué, pero como no puede decírtelo tienes que usar el método de ensayo y error. El lenguaje de signos te ayuda a comunicarte con tu bebé de una manera distinta, aprovechando las nuevas habilidades que está desarrollando tu bebé. Signar es gratificante porque simplifica la comunicación y facilitas un entendimiento con tu bebé a la vez que, proporcionas un estímulo nuevo para el desarrollo físico y mental.  
  • Es divertido! 
  • Reduce la frustración de todos. 
  • Favorece el desarrollo del habla. 
  • Desarrolla su personalidad. 
  • Le enseña a gesticular. 
  • Propicia la lectura. 
  • Aumenta los niveles de concentración. 
  • Fortalece las habilidades verbales. 
  • Desarrolla la autoestima del bebé. 
  • Promueve el vocabulario. 
  • Reduce las pataletas por falta de entendimiento. 
  • Despierta la conciencia de las necesidades. 
Sobre todo:
  • Reduce el estrés 
  • Desarrolla la Inteligencia 
  • Fomenta un mayor vínculo
Los Signos para Bebés fomentan el aprendizaje del lenguaje
Cuando los bebés utilizan los signos para comunicar cosas, los adultos responden con muchas palabras (por ejemplo, ?Anda, ves a un perrito. Eso es un perrito. Qué bonito el perrito. Se parece al perrito de la vecina, etc..?). Cuánto más lenguaje escuche el bebé más rápido lo aprenderá. Así que contrario a lo que se piensa, los signos no ralentizan el habla.    
 
¿Cuándo debería empezar a signar con mi bebé? 
Puedes empezar cuando quieras. No hay una edad límite para empezar ni para terminar. Eso sí, los bebés empezarán a estar receptivos a partir de los 8 meses más o menos. Algunas familias empiezan a signar desde que nace el bebé y así ya están más acostumbrados cuando llegue el momento decisivo. Lo importante es que nos comuniquemos con nuestros bebés. ¿Acaso dejamos de hablarles porque no nos van a responder?  
http://www.signesbebes.com/

¿Cuándo responderá mi bebé con signos?   Eso depende mucho de cada bebé ya que cada bebé es un mundo como se suele decir. Algunos tendrán más ganas de comunicarse que otros (algunos bebés prefieren escalar el sofá y otros prefieren leer libros) o quizá un desarrollo de habilidades relacionadas superior (por ejemplo, la memoria, la imitación, la atención). Pero también depende de la constancia con la que los padres signan a sus bebés.
  La edad típica para que un bebé empiece a signar suele estar entre los 10 y los 14 meses. 
Recuerda que el bebé no estará capacitado para responder hasta los 6/8 meses, así que si empiezas muy pronto tu bebé no podrá responderte aún. Pero una vez que haga sus primeros signos, los demás vendrán rodados. 
 
Naia, hizo su primer signo a las dos semanas de aprendizaje y con 9 meses. A partir del año, su capacidad para signar se disparó y ahora con año y medio signa todo lo que encuentra.  Naia, con 17 meses, tiene un vocabulario oral de 10 palabras y signa unas 50 palabras y es capaz de signar frases de dos palabras, por ejemplo: ?Comer Leche?.  Mi bebé de 20 meses ya pronuncia algunas palabras. ¿Es demasiado tarde para empezar a signar?  Incluso los bebés que tienen un vocabulario de entre 50 y 100 palabras pueden tener dificultades para pronunciar ciertas palabras, como por ejemplo cocodrilo. Así que independientemente de la edad, los signos pueden ser útiles en muchas ocasiones.  

 Este artículo es una colaboración de:
María Algueró Pérez de Villaamil
Experta en Atención Temprana
Maestra de educación Infantil (especialista 0-3)
Educadora de Masaje Infantil
Psicomotricista Instructora Independiente Cincodeditos
Instructora de porteo  

Signos de desarrollo normal en el recién nacido


Determinadas reacciones y movimientos evidencian que el bebé crece y se comporta de manera saludable

Postura y movimientos

  • Su postura es simétrica y bastante rígida.
  • Cuando está boca arriba, la cabeza mira al frente y los brazos y las piernas están flexionados sobre el cuerpo, de modo que los talones no tocan la cama. Hace movimientos bruscos, involuntarios y no coordinados.
  • Boca abajo, las rodillas quedan dobladas bajo su abdomen. Sólo es capaz de levantar la cabeza lo justo para girarla de lado a lado.
  • Si se le levanta estirándole de los brazos, la cabeza le cuelga, y mantiene brazos y piernas flexionados.

Reflejos

El recién nacido tiene curiosos reflejos que el pediatra explora en las primeras revisiones para comprobar la normalidad y correcta evolución de su sistema nervioso. Algunos, como el de succión, le son desde luego muy útiles. Otros son signo de su inmadurez neurológica y debe perderlos con el paso del tiempo.
  • Búsqueda. También llamado "reflejo de los puntos cardinales", cuando algo toca la comisura de su boca, vuelve la cabeza y abre la boca buscando en la dirección del estímulo (o en la del punto cardinal en que se la ha tocado). Esto le sirve para iniciar las tomas y, como todos los reflejos, es un movimiento involuntario.
  • Succión. Ante un contacto en su paladar, reacciona succionando. Este reflejo no madura completamente hasta las 36 semanas de embarazo, lo cual explica las dificultades que los prematuros pueden tener para succionar vigorosa y eficazmente.
  • Moro. Normal durante los tres o cuatro primeros meses y así llamado en honor a su descubridor, también se conoce como reflejo de sobresalto, porque es así como se provoca. El pediatra lo suele explorar dejándole caer bruscamente la cabeza hacia atrás, lo que le hace abrir los brazos y piernas, luego llorar y finalmente retornar las extremidades a su posición original. También lo puede desencadenar un sonido, incluido el propio llanto del bebé.
  • Tónico del cuello. Hasta los cinco o seis meses, al girar su cabeza hacia un lado, el brazo de ese lado se estira y el otro se dobla por el codo, adoptando lo que los pediatras llaman "posición de esgrima".
  • Prensión. Al rozar la palma de su mano, sus dedos se cierran fuertemente. En los prematuros es tan enérgico que les permite mantenerse en el aire colgando del dedo del explorador. Dura como máximo hasta los cuatro meses.
  • Marcha automática. Hasta el primer o segundo mes, es posible lograr que dé unos pasos al sostenerle con los pies apoyados en una superficie plana.

Sentidos

El bebé nace con los cinco sentidos y es capaz de reaccionar al dolor, al calor, al frío e incluso de distinguir sonidos, olores y sabores.
  • Vista. Los ojos se empiezan a desarrollar cuatro semanas después de la fecundación y, a los cuatro meses de embarazo, ya son sensibles a la luz.
    • Al nacer, el bebé es capaz de ver la luz y distinguir los colores, percibiendo contrastes, movimientos y cambios bruscos de iluminación. Puede fijarse en las caras y en objetos brillantes situados en su campo visual.
    • Enfoca bien lo que está a 20 o 30 cm de sus ojos, es decir, la distancia a la que normalmente se halla la cara de sus padres cuando le tienen en brazos.
    • En un curioso experimento, se observó que con 10 horas de vida, pasaban más tiempo sin apartar la mirada de fotos de caras normales que cuando éstas eran agresivas.
  • Oído. El feto ya percibe sonidos y las madres le notan dar patadas o moverse al oír ruidos fuertes. El recién nacido ya tiene el oído totalmente desarrollado.
    • A las pocas horas de vida, su frecuencia cardíaca se acelera tanto más cuanto más intenso es un sonido.
    • Presta especial atención a la voz humana y, según algunos estudios, parece preferir los tonos agudos de la voz femenina a los graves propios de los varones.
    • Durante las primeras semanas, puede reaccionar ante los ruidos con un sobresalto muy aparatoso y poniéndose a llorar (reflejo de Moro) o con un cambio de actividad casi imperceptible, parpadeando, o dejando de chupar o de respirar por un momento.
  • Olfato. Desde el primer día de vida, el bebé reacciona ante los olores. Se ha demostrado que distingue entre el olor del anís y el de la cebolla, y que este último le hace apartarse. Según otro estudio, es capaz de reconocer el olor de su madre hasta el punto de que al sexto día puede reconocer su pecho entre el de otras mujeres precisamente por el olfato.
  • Gusto. Poco desarrollado al nacer, madura muy rápidamente, de modo que a los quince días, el bebé ya demuestra sus preferencias. Rechaza con muecas y movimientos de extrusión de la lengua los sabores ácidos y salados, mientras que reacciona positivamente ante el azúcar, chupándose los labios. 
  • Tacto. Es el primer sentido que se desarrolla. La piel que rodea la boca es sensible a las ocho semanas de embarazo y, sobre las 20 semanas, ya lo es la de todo el cuerpo. El recién nacido es muy sensible a la forma en que se le toca y manipula, y el contacto físico es la forma más precoz y primitiva de comunicación, así como un elemento crítico en la vinculación afectiva con el bebé.
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