miércoles, 25 de abril de 2012

Seis claves para saber cómo funciona la lactancia materna


Las hormonas y la succión del bebé fomentan la producción de leche, que se podría prolongar indefinidamente
¿Conoces exactamente por qué es posible dar de mamar a los bebés? ¿Y sabes por qué la subida de la leche se produce tras el parto y no antes? Aprender cómo son y cómo funcionan las glándulas mamarias añade un nuevo motivo para admirar la naturaleza. Pero, además, permite comprender esas normas biológicas, químicas y emocionales que hacen posible la lactancia materna.


1. Producción y distribución
Imagina unas uvas. Las glándulas mamarias están formadas por multitud de racimos. Esos racimos están constituidos por pequeños sacos llamados alvéolos mamarios, y sus paredes se hallan tapizadas por las células encargadas de la producción de leche. Desde ellos, la leche es conducida a través de unos conductos que van confluyendo hasta llegar a la altura de la areola. Allí, antes de abrirse en la punta del pezón, se ensanchan formando una especie de remansos, llamados senos galactóforos ("galactos" significa leche, y "foros", llevar). En estos remansos se almacena una pequeña cantidad de leche, lista para ser exprimida y succionada por el niño.


2. Los estrógenos, el principal freno
Los alvéolos mamarios productores de leche ya están funcionando desde el quinto mes de la gestación, pero es el parto lo que desencadena su plena activación. Al expulsarse la placenta, cae el elevado nivel de estrógenos propio del embarazo y cesa el freno que estas hormonas ejercían sobre la acción de la prolactina. Esta hormona, producida por la hipófisis (una glándula situada en la base del cerebro) estimula entonces los alvéolos mamarios. Ella es la principal responsable de la subida de leche que tendrá lugar entre dos y cuatro días después del parto.
3. La prolactina, el acelerador
Para que el pecho siga funcionando más allá de ese primer impulso, es preciso que se mantengan altos niveles de prolactina. Esto se consigue, en parte, debido a que la succión del pezón produce un reflejo que induce a la hipófisis a liberar dicha hormona, pero sobre todo gracias al vaciado completo y frecuente del pecho.


4. La oxitocina, el transportista
Por más que la prolactina estimule los alvéolos mamarios, es preciso que la leche producida por ellos en la profundidad de las glándulas mamarias llegue cerca de la superficie para que el bebé sea capaz de sacarla. Ello se logra por la acción de otra hormona, la oxitocina, liberada también por la hipófisis y también en respuesta refleja a la estimulación del pezón. Esta hormona contrae los alvéolos mamarios, obliga a la leche a salir a través de los conductos y llegar hasta los senos galactóforos, lo que se conoce como reflejo de eyección. La oxitocina provoca también una beneficiosa aunque molesta contracción del útero: es la responsable de los característicos "entuertos" que se presentan al inicio de la lactancia.


5. El rol del bebé
Para poder obtener esa leche, es decir, para una succión eficaz, el bebé no sólo ha de chupar, sino que debe a la vez exprimir los senos galactóforos presionándolos rítmicamente con su lengua. De ahí la necesidad de que no coja el pezón por la punta sino que se lo introduzca profundamente en la boca y que pueda cubrir con ella la mayor superficie posible de la areola.

 
6. Para tener en cuenta
  • El vaciado del pecho estimula a la glándula mamaria al provocar la liberación de prolactina. Pero además de esto, ocurre que la leche contiene una sustancia que frena su propia producción. Es decir, cuanto más completamente sea eliminada con un buen vaciado de la mama, más leche se elaborará. La succión y la prolactina son importantes al principio de la lactancia, pero a partir de las dos semanas, influye más el vaciado frecuente y completo de los pechos.
  • La producción de leche (desencadenada por el parto, pero mantenida por la succión y por el vaciado del pecho) se podría prolongar indefinidamente, ajustando siempre la oferta a la demanda, pues cuanto más a menudo y completamente se vacíen los pechos, mayor será la cantidad de leche que producirán.
  • Las conexiones que existen entre la hipófisis y la sustancia gris de la corteza cerebral explican la influencia de los factores psicológicos sobre la glándula mamaria. Al ver u oír al bebé reclamando alimento, la hipófisis de la madre puede reaccionar segregando oxitocina. En sentido contrario, la ansiedad y el cansancio inhiben la liberación de prolactina. De ahí que la emoción del encuentro con el hijo recién nacido y el placer del contacto físico piel a piel contribuyan al éxito de la lactancia materna.
Fuente: www.consumer.es

domingo, 22 de abril de 2012

La "prueba del talón": detección precoz de enfermedades congénitas



El plan de detección precoz neonatal, o "prueba del talón", pretende detectar ciertas enfermedades a tiempo para evitar o minimizar sus efectos nocivos
 
Durante los primeros días de vida, al neonato se le realiza un análisis para detectar enfermedades congénitas, trastornos sin síntomas visibles pero que, a largo plazo y sin tomar medidas, pueden provocar alteraciones en el desarrollo del bebé. Para evitarlo, se realiza la denominada "prueba del talón": a partir de las 48 horas de vida y antes de las 72, se practica un pequeño pinchazo en el talón del recién nacido, que debe repetirse entre el cuarto y el séptimo día de vida. Si el resultado es positivo para alguna de las enfermedades, se avisa a la familia de manera urgente y se le explica cómo actuar y dónde dirigirse para realizar el tratamiento y el seguimiento más adecuado en cada caso.
Las enfermedades congénitas o errores innatos del metabolismo son un grupo heterogéneo de trastornos que implican alteraciones del metabolismo. Las pruebas de detección para los recién nacidos van tras su pista para tomar las medidas más oportunas antes de que se manifiesten los síntomas, ya que los nuevos tratamientos pueden reducir e, incluso, evitar las secuelas y las discapacidades que provocan si no se instaura el tratamiento.
Estos trastornos se han clasificado dentro del cajón de sastre de las enfermedades raras, por su baja prevalencia: afectan a 1 de cada 1.000 recién nacidos en todo el mundo.

Un pinchazo en el talón

El análisis se practica en España desde hace años de manera rutinaria. Se realiza mediante un pinchazo en el talón del bebé, con el que se obtienen unas cuantas gotas de sangre que, tras extenderlas en un papel tamiz especial (tarjeta de Guthrie), se envían al laboratorio. Ahí se analizan algunos de los factores que indican las alteraciones. Por este motivo, ante un resultado positivo, se considera que el bebé es "sospechoso" de sufrir algún trastorno del metabolismo. Pero para tener un diagnóstico certero, harán falta más estudios.
Es casi ineludible que el bebé llore cuando le pinchen. Ciertos estudios sugieren que la presencia de la madre -que sostiene al bebé en contacto piel con piel o le amamanta durante el proceso- hace que el pequeño muestre menos sufrimiento. Las posibles secuelas para el bebé son el dolor residual y un pequeño hematoma alrededor de la zona del pinchazo, que desaparece a los pocos días.

Prueba del talón: ¿qué se busca?

Todas las comunidades autónomas españolas incluyen, en su programa de detección precoz neonatal endocrino-metabólico, la fenilcetonuria y el hipotiroidismo. Algunas de las enfermedades que también pueden diagnosticar, aunque no de forma generalizada, son:
  • Fibrosis quística.
  • Hiperplasia suprarrenal congénita.
  • Hiperfenilalaninemias.
  • Déficit de biotinidasa.
  • Galactosemia.
  • Hemoglobinopatías.
  • Anemia falciforme.
Identificar a los neonatos con riesgo de sufrir alguno de estos trastornos tiene como finalidad tomar las medidas más oportunas desde los primeros días, antes de que se manifiesten los síntomas, con el objetivo de eliminar casi totalmente la morbilidad, mortalidad o las discapacidades asociadas.
Los errores innatos del metabolismo están causados por alteraciones hereditarias del ADN, que generan proteínas anómalas que, a su vez, causan un mal funcionamiento de células y órganos. Los afectados de fenilcetonuria (que es un tipo de hiperfenilalaninemia) carecen de una enzima denominada "fenilalanina hidroxilasa", imprescindible para descomponer un aminoácido esencial -la fenilalanina- presente en los alimentos con proteína.
Sin esta enzima, la fenilalanina y otras sustancias relacionadas se acumulan de forma excesiva en el organismo y provocan daños en el sistema nervioso central, que derivan en retraso mental y problemas neurológicos severos. Su incidencia abarca a uno de cada 11.200 nacidos vivos. Puesto que la fenilalanina tiene un papel en la producción corporal de melanina -pigmento responsable del color de la piel y del cabello-, a menudo, los niños tienen los ojos azules y la piel y el pelo claros.
En el hipotiroidismo congénito, el problema estriba en que hay una secreción insuficiente de hormonas tiroideas, ya sea por falta de la glándula en sí o por su mal funcionamiento. La incidencia se cifra en uno de cada 2.000 neonatos. Sin tratamiento, también provoca un importante retraso mental y de crecimiento.

Proyecto internacional para la detección precoz

En Europa, esta prueba se realiza a todos los recién nacidos para detectar enfermedades que podrían poner en peligro su vida. Sin embargo, no sucede lo mismo fuera de la Unión Europea (UE). Promovido por el Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo (CICODE) de la Universidad de Granada (UGR), con la colaboración del Hospital Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu, ambos de Barcelona, el año pasado se implantó un programa de cooperación internacional para hacer extensivo este análisis en neonatos marroquíes nacidos en Melilla y residentes en poblados y aldeas de la provincia de Nador. Este plan durará dos años y tiene como objetivo que se establezca el cribado de forma permanente y autónoma en los dos centros hospitalarios principales. 

Fuente: www.consumer.es
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