jueves, 5 de abril de 2012

Un aro de silicona frena los partos prematuros


El aparato, que cuesta 38 euros, evita las complicaciones al nacer de los recién nacidos con excesivo bajo peso.


El Hospital de Vall d’Hebron, en Barcelona, ha realizado un estudio clínico que ha permitido reducir en un 75% el riesgo de parto prematuro de las 380 mujeres que han participado en él. Se trata de un aro de silicona de siete centímetros de diámetro, que se introduce, doblado, en el útero de las embarazadas con riesgo de parto prematuro. Al desplegarse, el aro sujeta en su interior el cuello de la matriz, lo que impide la eventual salida de la cabeza del feto que hubiera intentado nacer antes de tiempo.


Elena Carreras, coordinadora del estudio y responsable de la unidad de Medicina Maternofetal de Vall d’Hebron, explica que se trata de un método muy accesible y fácil de reproducir. Las mujeres analizadas tenían en común un tramo de cuello cervical excesivamente corto, una anomalía morfológica que está comprobado que es la principal causa de partos prematuros. Esa peculiaridad cervical se puede detectar en la ecografía vaginal que se hace a las mujeres embarazadas en la semana 20 de gestación.


"Por primera vez hemos conseguido reducir en un 75% los nacimientos antes de tiempo - explicó Carreras -. Esos partos, siempre de bajo peso, son la primera causa de muerte en el primer mes de vida". De hecho, aunque la tecnología actual permita que muchos bebés prematuros sobrevivan, hay riesgo de que sufran alteraciones graves durante las primeras semanas de vida, como secuelas en el desarrollo neuropsicológico. Con el freno a este tipo de partos, todo ello se solucionaría.







miércoles, 4 de abril de 2012

Lenguaje de signos para niños con necesidades especiales


Lenguaje de signos para niños y bebés

Todos los niños pueden beneficiarse del uso del lenguaje de signos para bebés y, en especial, los niños con necesidades especiales. De hecho, los padres y los profesionales que trabajan con niños con necesidades especiales se dan cuenta de que la frustración que, a menudo, sienten los niños se debe a la dificultad añadida para hacerse entender. El lenguaje de signos para niños es una fantástica forma de construir un vocabulario funcional que ayude en la comunicación y reduzca la frustración. 
Niños con cualquier tipo de discapacidad pueden obtener grandes ventajas al usar los signos; autismo, síndrome de Down, apraxia, dificultades del habla, parálisis cerebral y muchas otras discapacidades se ven favorecidas por el uso de los signos, ya que ofrecen una herramienta para comunicarse con sus padres y cuidadores. 

Qué niños pueden usar el lenguaje de signos

Todos los niños, así como los niños con necesidades especiales, pueden beneficiarse con los signos, incluyendo niños:
- Autistas
- Con síndrome de Down
- Con apraxia
- Con dificultades en el habla
- Hospitalizados
- Que aprenden un segundo idioma

Signos con niños con apraxia

Algunos niños con apraxia pueden sentirse tan desalentados por sus dificultades para hablar que pueden decidir dejar de hablar totalmente. Estudios sugieren que los signos pueden usarse como un puente entre el aprendizaje y el uso de la lengua hablada y no como un sustituto.
- Los signos permiten una nueva forma de comunicarse de manera eficaz aún cuando estén aprendiendo a mejorar los sonidos orales.
- Los signos pueden aclarar el significado de palabras que aún no se pueden pronunciar.
- Los signos proporcionan una mayor confianza a los niños, ya que saben que les entenderán. Esta confianza puede derivar en un mayor deseo de aprender a comunicarse mediante palabras habladas.
- Los signos pueden darnos pistas sobre las palabras que un niño está tratando de pronunciar.
- Los signos pueden ayudar a ralentizar el tiempo para que el niño tenga más tiempo para pronunciar la palabra.
- Los signos ofrecen más oportunidades de expresarse ya que permiten completar ideas o pensamientos que de otra forma no podrían expresar. 

Signos con niños con autismo

Muchos niños autistas tienen problemas con el habla y el lenguaje así como las habilidades sociales. Estudios sugieren que el uso de signos con niños autistas tiene unos resultados extraordinarios (Berkell, 1992).
- Los signos facilitan la comunicación al ser una alternativa al habla.
- Los signos facilitan el aprendizaje del lenguaje oral.
- Los signos promueven el contacto visual.
- Los signos incrementan el nivel de comunicación ya que los niños pueden transmitir sus deseos y necesidades.
- Los signos mejoran el talante y el comportamiento en general, ya que reducen la frustración, las pataletas, los lloros, la agresividad y el daño auto-inflingido.
- Los signos mejoran la auto-confianza. 

Signos con niños con síndrome de Down

A menudo, los niños con síndrome de Down tienen dificultades con el lenguaje desde una edad muy temprana; sin embargo, tienen un gran deseo de comunicarse. Al enseñarles los signos pueden asegurarse la satisfacción de sus deseos aún cuando el habla todavía está desarrollándose.
- Los signos animan a los niños a seguir comunicándose aunque todavía no puedan hablar perfectamente.
- Los signos proporcionan significado a las palabras ya que muchas veces son una representación del objeto (signos icónicos).
- Los signos facilitan la comunicación con otros niños lo que redunda en más oportunidades para socializar.
- Los signos proporcionan más seguridad en uno mismo.
- Los signos pueden utilizarse para enfatizar algunas palabras o para clarificar el significado de algunas palabras.
- Los signos no son un sustituto del lenguaje hablado así que seguramente las palabras que han aprendido a signar serán las palabras que pronuncien más adelante. 

Signos y otras necesidades especiales

- Los signos usados con niños hospitalizados pueden ser muy útiles cuando no existe la posibilidad de hablar.
- Los signos utilizados en el caso de niños que están aprendiendo un segundo idioma son como traductores simultáneos que ofrecen una representación visual de las palabras que están aprendiendo.
- Los signos también pueden ser útiles para niños que están aprendiendo a leer ya que son una representación visual de las palabras y de las letras. 

Estudios e investigación sobre el lenguaje de signos

Se ha demostrado que la lengua de signos puede beneficiar a los niños con necesidades especiales: 
- La comunicación verbal se ve acelerada cuando se junta el signo con la palabra hablada. (Edelson)
- El uso de signos con niños con necesidades especiales les permite construir y practicar su comunicación aún cuando no saben hablar todavía. (Gretz)
- El uso de signos estimula partes del cerebro que no se usan con el habla. (Edelson)
- La lengua de signos ofrece a los niños autistas una oportunidad de comunicarse y desarrollarse a nivel social. (Berkell, 1992)
- La lengua de signos incita al contacto visual y requiere una coordinación de movimientos menos complicada que aprender a hablar. (Donovan)
- Al ofrecer una forma no-verbal de comunicación, los signos reducen los niveles de frustración. Gretz)


María Algueró
Experta en Atención Temprana
Maestra de educación Infantil (especialista 0-3)
Educadora de Masaje Infantil. Psicomotricista
Instructora Independiente Cincodeditos
Instructora de porteo. Auxiliar de Pediatría

Trucos para superar berrinches y rabietas





La rabieta es una reacción normal de los niños ante la frustración, pero debe corregirse lo antes posible
Se tira al suelo, patalea, llora y grita sin parar. Las rabietas y los berrinches como respuesta a algún tipo de frustración se dan con mayor o menor frecuencia en los niños entre dos y cuatro años. Esta actitud, que puede hacer perder los nervios a muchos progenitores, más si tiene lugar en un espacio público, debe corregirse lo antes posible para evitar que se convierta en un arma en manos de los niños para lograr todo lo que se proponen.

A qué se deben las rabietas

Las rabietas son uno de los recursos que emplean los niños entre dos y cuatro años para expresar su frustración ante distintas circunstancias, ya sea porque algo no les sale como esperaban por no tener las aptitudes necesarias, porque se les impida hacer lo que quieran, estén cansandos o no se responda a todas sus demandas tal y como requieren.
El berrinche incluye, por lo general, gritos, llantos, pataleos, e incluso, algún que otro golpe. Por ello provoca el consiguiente nerviosismo y alteración de los padres. Si encima se desencadena en un lugar público y el pequeño molesta a otras personas con su actitud, la situación puede llegar a ser bochornosa.

¿Se pueden evitar los berrinches?

Rocío Ramos-Paúl, psicóloga y conductora del programa televisivo "Supernanny", señala que estas situaciones no son algo fuera de lo normal: "Se tienen que dar, puesto que los niños hacen estas cosas porque no saben contar qué les pasa". Por eso, la psicóloga apunta que la labor de los padres es "guiar su comportamiento y enseñar al niño que esa no es la forma adecuada de expresar su enfado, cansancio o malestar".
El objetivo debe ser que el niño comprenda que ni con llantos ni con pataleos se consiguen las cosas. De este modo, la principal premisa que deben atender los padres es no ceder, es decir, no claudicar y darle lo que pide para demostrarle así que su estrategia no funciona y que la próxima vez que la utilice ocurrirá lo mismo.

Estrategias para minimizar las rabietas 

·         Ignorar: la ignorancia puede dar buenos resultados ante una rabieta, puesto que el niño sabe que si no tiene público que le observe, su efecto es nulo. Si el berrinche tiene lugar en el hogar, bastará con salir de la habitación donde esté el niño, no sin antes decirle que esa actitud es inadecuada y que volveremos cuando la finalice. Si está en un espacio público, se puede dar la espalda al pequeño para que se dé cuenta de que no consigue nada con la rabieta o moverle a otro lugar, en el caso de que moleste de forma significativa a las personas que le rodean. 

·         El poder de las palabras: razonar con un niño en medio de una rabieta es una misión imposible; es muy probable que no escuche nada de lo que le digan. Sin embargo, una vez que termine el berrinche, se debe hablar con el pequeño sobre lo ocurrido y enseñarle que las cosas se pueden solucionar por caminos diferentes al pataleo. Si la próxima vez el niño opta por el diálogo en vez de por la rabieta, es fundamental felicitarle por ello. 

·         Evitar situaciones peligrosas: los niños que abusan de las rabietas tienden a intensificarlas en determinadas situaciones, como cuando están cansados o tienen hambre. Los padres conocedores de esta circunstancia pueden evitarlas si al detectar estos síntomas en sus hijos les acuestan y les dejan descansar un rato o les dan de comer a la hora adecuada. 

·         Más vale prevenir: el conocimiento de las reacciones de sus hijos puede ayudar a los padres a prevenir las situaciones de rabietas. Si ya saben que ante una orden o negativa determinada el niño responderá con un berrinche, es aconsejable anticiparse e intentar razonar con ellos antes. Si acudirán a una tienda donde hay golosinas y saben que el niño pataleará si no se le compra todo lo que pide, antes de entrar, se puede "negociar" con el pequeño que tan solo se le comprará una golosina y que, en caso de rabieta, no obtendrá ninguna.

Cuatro consejos imprescindibles

  1. Ante una rabieta, ambos progenitores deben responder por igual. Si uno cede, las estrategias no resultarán efectivas.
  2. Es preciso mantener la calma y no enfadarse y gritar. De ese modo, solo conseguimos que el niño vea que los padres emulan su actitud.
  3. Disculparse con las personas a quienes el niño molesta con su rabieta y hacer todo lo posible para que estas molestias se minimicen.
  4. Reforzar las actitudes positivas y premiar con gestos de cariño y reconocimiento cuando el niño evite por sí solo las rabietas y actúe de forma adecuada ante una frustración.

domingo, 1 de abril de 2012

Cómo lograr que el bebé le diga "adiós" al pañal


Lo fundamental es no presionarlo, ayudarlo con algunas técnicas... y tener paciencia
Toda madre y todo padre se lo pregunta no una vez, sino dos, tres... en infinidad de ocasiones a medida que el bebé crece: ¿cómo hacer para que deje de usar el pañal? Esta cuestión tiene muchas aristas, relacionadas con las etapas del desarrollo del niño, con el cansancio que genera en los padres, con el aspecto económico... No hay recetas infalibles, pero sí existe una serie de técnicas para promover que el bebé deje el pañal lo antes posible y de la manera más natural.

Sin regañar

Primero y principal: por mucho que se considere que el niño ya está en edad de dejar el pañal, y por mucho cansancio que el tema cause, lo que nunca se debe hacer es regañarlo o insistirle en exceso sobre el tema. El resultado de actuar así puede ser justo el contrario de lo pretendido, es decir, se puede ocasionar un trauma en el pequeño, con la consecuencia de que luego cueste mucho más dejar a un lado el pañal. Entonces, la regla número 1 es: paciencia.
Por otro lado, hay que distinguir entre dos aspectos muy distintos: dejar de usar el pañal durante el día no es lo mismo que dejar el de la noche, al dormir. El pañal diurno es más sencillo de abandonar y los niños lo hacen mucho antes; para el nocturno, el momento de dejarlo se demora incluso años.

Abandonar los pañales durante el día

La técnica más recomendada por los especialistas para que los niños dejen de usar pañales durante el día es simple. Consiste en llevar al pequeño a que se siente en el orinal una vez por hora y dejar que haga lo que tenga que hacer. Es una manera de crear el hábito. Habrá ocasiones en que no tendrá ganas y no hará nada; si es así, no hay problema: después de unos cinco minutos, a subirse los pantalones y seguir adelante.
Algunas cuestiones que suelen ayudar:
  • Que el niño tenga su propio orinal. De esta manera, lo reconocerá como un lugar propio adonde tendrá que ir cuando sienta la necesidad. Se recomienda un orinal pequeño, adecuado a su tamaño, y no las tapas especiales que se usan para adaptar el váter normal, ya que esto resulta más incómodo, tiene que subir al menos un escalón para llegar, etc. La idea es allanar el camino tanto como se pueda.
  • Estar con él y ayudar a que se distraiga. Para ello, lo mejor es tener siempre cerca algunos libros atractivos para los pequeños, con imágenes grandes y coloridas. Así, "ir al baño" estará relacionado para el pequeño con un momento ameno y hasta entretenido.
  • Tener más paciencia con la caca que con el pis. Los médicos aseguran que a los niños les cuesta más defecar porque, inconscientemente, lo asocian con "desprenderse" de algo propio, de una parte de sí mismos. Pero tampoco es nada terrible: aunque tarden un poco más, de manera natural irán haciéndolo también, poco a poco.
  • Darle pequeños premios si evita hacerse encima y avisa cuando tiene ganas. Algo para comer que le guste mucho o una salida al parque pueden resultar una motivación óptima para que esté pendiente del tema y no se deje estar.
¿Cuándo empezar a implementar estos recursos? Dependerá de cada caso, pero en general los dos años son una buena edad para que los pequeños dejen de usar el pañal durante el día. En ciertos casos, incluso al año y medio ya pueden empezar a avisar cada vez que lo necesitan, algo que facilita muchísimo el trabajo de ser padres.

De noche cuesta más

El proceso de abandonar los pañales para dormir resulta más costoso. Hay que pensarlo como una tarea a largo plazo, ya que además existen menos trucos y recomendaciones... y hace falta (aún) más paciencia.

Lo básico es llevarlos siempre a que hagan pis antes de acostarse. Por supuesto, esto no es suficiente para que luego estén varias horas sin orinar, sobre todo si se considera que muchos pequeños tienen mayor necesidad de hacerlo de noche que de día. Pero ayuda.
Se recomienda también que no beban líquidos en las últimas dos horas antes de acostarse. De esa manera, la presión por orinar durante la noche será menor. Algunos médicos sugieren también despertar a los pequeños en mitad de la noche para que puedan orinar, pero muchos otros lo desaconsejan, ya que esto les interrumpe el sueño y el correcto descanso y puede desvelarlos. O sea, que puede ser peor el remedio que la enfermedad.

Por lo demás... solo resta esperar a que, con el paso del tiempo, el control de los esfínteres que tienen durante la vigilia se extienda también hacia el sueño. Si pasan una semana sin mojar el pañal de noche, puede ser un buen momento para quitárselo. Sin embargo, hay niños y niñas que, por "pereza", siguen "exigiendo" el uso del pañal durante la noche aunque lleven tiempo sin necesitarlo de día, incluso cuando duermen la siesta.

Esta clase de mecanismo inconsciente hace que no sea raro que, por ejemplo, un niño que lleve largo tiempo sin mojar la cama lo haga justo el día en que sus padres deciden que duerma sin pañal... Por eso, conviene que los peques sigan usando el pañal durante la noche hasta que la situación esté definitivamente controlada; de lo contrario, los incidentes nocturnos también pueden generar alguna clase de trauma en ellos.

Y paciencia, más paciencia. La necesidad de usar pañales para dormir puede llegar hasta los 4 o 5 años de edad... Si para los 6 los sigue necesitando, será tiempo de consultar a una especialista. Sin pánico ni exagerada preocupación, ya que antes o después podrá controlarlo. Como las heridas, no es nada que el tiempo no llegue a remediar.





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