Uno de los problemas más frecuentes que me cuentan los
padres es que cada libro que habla de cómo hacer dormir a un bebé da
consejos diferentes. Un libro dice que el bebé tiene que dormir con ustedes en
la cama y el otro advierte contra esto. Un libro le conseja que deje llorar a
su bebé hasta que pare y el otro le recomienda que vaya inmediatamente a verle
cuando oiga el más mínimo llanto.
Aparte de los expertos de los libros también existen los
expertos autodesignados, a saber: madre, abuela, hermana, cuñada, etc. Aunque,
nadie le dará nunca los mismos consejos. Estas opiniones opuestas forman parte
del problema.
En caso de que los padres tengan problemas para hacer dormir
a su bebé, sus propios padres serán las primeras personas con quienes van a
hablar para pedir consejo. Durante unas noches experimentarán con los consejos
que les hayan dado pero cuando el bebé todavía no se quede dormido cambiarán de
estrategia.
Quizá compren un libro, lean unos capítulos y experimenten
algunas ideas. Sin embargo, aquí también se aplica lo dicho anteriormente: si
no hay resultados al cabo de algunos días, buscarán otros métodos. Los padres
muchas veces usan ‘técnicas’ diferentes como: una noche coger a su hijo en
brazos y mecerlo, la noche siguiente dejar a llorar al bebé y la noche de
después cualquier otra técnica. El problema con el uso de tantas técnicas
diferentes es que así los padres están creando, debido a la falta de
consistencia, una pauta errónea para que el bebé se duerma. A partir del
nacimiento, los bebés necesitan una rutina estructurada y regular.
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