Aunque los bebes dependan
completamente de su madre, sus cinco sentidos ya están preparados para recibir
la información que lo rodea de forma
que, al final, pueda arreglárselas solo. Su cerebro está ocupado creando
vínculos cruciales entre las células nerviosas y demás. Cada mes, todo lo que
ve, oye, siente, prueba o huele cobra sentido y crea una nueva red de células.
La vista
Los recién nacidos ven más de lo que en principio imaginamos.
Incluso en el útero, el bebe distingue entre la luz y la oscuridad. Al nacer,
ve a una distancia de 20-25 cm, lo que lo ayuda a reconocer la cara de la madre
cuando lo tiene entre sus brazos. Es probable que pueda diferenciar un objeto a
6m de distancia. Contempla mejor los objetos si están en contraste, es decir,
en blanco y negro, pero también es capaz de distinguir colores primarios,
aunque las células de color aun no se desarrollan del todo hasta los dos meses.
Su interés por el rostro humano es evidente. Algunos estudios han demostrado
que los bebés sienten más interés por un retrato que por cualquier otro dibujo
y además prefieren los rostros sonrientes.
Los ojos de un bebé son
más grandes en relación con su cuerpo que en el caso de un adulto; sus pupilas
también son más grandes, lo cual capta la atención de las personas y hace que
éstas quieran mimarlo. La influencia más directa del color de los ojos es la
herencia, aunque los niños de ojos verdes o marrones pueden haber nacido con
ojos azules. Esto se debe a que la exposición a la luz estimula el pigmento,
que tarda seis meses en desarrollarse.
El oído
Las investigaciones demuestran
que el oído interno es el único órgano sensorial que se desarrolla
completamente antes del parto, de modo que alcanza su tamaño adulto durante el
embarazo. Al nacer, el bebé comienza a escuchar ruidos y llora. Su oído es preciso
y puede reconocer la voz de su madre, al igual que la música o los sonidos que percibió
desde el útero. Muestra más interés por el habla humana que por otros sonidos y
se inclina por las voces estridentes.
El tacto
El bebé es sensible al
tacto poco después de la concepción. A las treinta y dos semanas de embarazo,
todas las partes corporales responden a la estimulación táctil. Con unos cincuenta
receptores táctiles por centímetro cuadrado (alrededor de cinco millones en
total) y con más de cien tipos de receptores diferentes, un bebé responde a la
presión, dolor, vibración y cambios de temperatura.
El gusto

El olfato
Es difícil conocer la
sensibilidad de un recién nacido a los olores. Sin embargo, estudios efectuados
sobre bebés de dos días de edad demuestran que reaccionan a ciertos olores,
como al ajo y al vinagre. Otros estudios, basados en bebés de cinco días de
edad, demuestran como los bebés buscan una almohadilla empapada en leche
materna y, a los diez días, prefieren el
aroma de la leche de su madre. Esto demuestra como el bebé humano se protege
del hambre. Incluso en la oscuridad, es capaz de buscar su fuente de alimentos.
La velocidad con la que un recién nacido aprende a distinguir los aromas
maternos es sorprendente. Algunos estudios demuestran que, cuarenta y cinco
horas después del parto, un bebé conoce el olor de su madre.
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